Todo es un ciclo, lo que sube baja, lo que empieza termina, y el poder no es eterno.
Eso mismo es la situación ante el otrora imper-potencia ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA. Las constantes malas decisiones de sus gobernantes a raíz de los atentados del 11 de septiembre del 2001, que desencadenaron la actual crisis económica mundial, aunado a la ola de corrupción, y ese dejo de arrogancia que los invadió, los llevó al colapso, de una forma que ni la mas exitosa tragicomedia hollywodense lo pudiera presentar.
Y con esto, los países que tanto siguieron sus filosofías, llámese Inglaterra, Alemania, Francia o sus súbditos Argentina, Canadá, Australia e Israel cayeron con ellos.
Entonces sucedió lo hace unos años inimaginable; 5 países con un poder económico-político abismalmente menor a los de primer mundo, catalogados como “EMERGENTES”, ha tomado el control de las decisiones absolutas en el rumbo global.
Encabezados por el nuevo gigante China, junto a la India, Brasil, Sudáfrica y si, MÉXICO. Demostrando un régimen financiero mas estable que el resto de las economías avanzadas, este reducido grupo logró a base de ejemplos propios, voluntades, acuerdos y un futuro inmediato en sus adentros mas positivo que el de cualquiera de las superpotencias económicas, fijar el rumbo en el G20+2, tanto así que su presidente el mandatario de Brasil Luis Ignacio Da Silva encabezará los trabajos en adelante, siguiendo el modelo económico propuesto por México, con apoyo de los restantes 3 socios emergentes.
Es digno de celebrarse, como nuestro país, al margen de todo el problema interno que representa la guerra contra el narcotráfico, sigue siendo una de las económicas mas estables del planeta, donde a nuestro mayor socio comercial EU le dio neumonía con asma que lo llevó a cama, y a nosotros solo nos dio una gripa larga pero tratable con mejoralitos, cuando en tiempos pasados, habríamos muerto en poco tiempo.
Si a eso le aunamos la nueva silla que tendremos por dos años en el consejo de seguridad, nuestro país será referente clave en momentos históricos. Por ello será fundamental establecer una política de estado, al margen de pensamientos partidistas, que fije de hoy en adelante ese liderazgo inusitado, puesto en bandeja de plata, ganado a pulso, mas la inteligencia para ejercerlo con sapiencia.
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