Esperar el regalo que te trae santa, siempre es la máxima ilusión de los niños…o al menos lo era en mis tiempos…ya parezco viejito.
Cierta navidad, mi gran deseo era que santa me trajera unos walkie talkies.
Durante gran parte de mi infancia fueron como lo máximo de lo máximo, soñaba con poseer un par.
Asi que le escribí a santa con muchos días de anticipación, esperando que se cumpliera. Usualmente me ayudaban mis papás a hacer la carta(no se por que), y me decían: pon una lista de cual regalo te gustaría, y santa te dejará uno de ellos.
Yo no quería una lista, solo pensaba en los radios. Pero aún así tenía que cumplir el requisito. Aunque esperaba que el número uno de mi lista fuera el indicado.
En esa época, chabelo como ahora, era la forma de conocer los juguetes de moda, y de ahí nos salían las ideas para pedirle a papa Noel.
Pero también íbamos a un lugar llamado “gasparin”, que era junto a musa y blanco, los lugares que vendían juguetes mas o menos novedosos.
Ahí vi, uno que anunciaba chabelo, de los de moda, un buzo que nadaba.
Me atraía, y me convencieron que lo incluyera en la carta.
Solo que mi única intensión eran los walkie talkie, y nada mas.
Llegó el tan esperado momento, en Rayón, como usualmente sucedía, se reunió toda la familia de mi papá. Nos despertaron avisándonos: ya llegó santa!!. Al estilo gringo corrimos todos los primos a la sala, donde estaba el arbolito, a localizar el regalo de cada quien.
Entre todos, encontré el mío, lo abrí con emoción, y que encuentro: el buzo.
Mendigo buzo, que todo lo que hacía era nadar, lo estrené en la alberca de ahí…y luego al baúl de los recuerdos, pues en valles donde canijos lo pondría
Afortunadamente tiempo después mi mamá me regaló mis tan ansiados radios, color amarillo.
¿a ti, que esperabas con ansia y santa nunca te trajo?