El 20 de diciembre en la familia es un día no recordado con alegría, todo lo contrario. Recuerdo que la navidad del 2007 sería la mas triste tal vez de nuestras vidas.
Pero cuando todo indicaba que no festejariamos la venida de Jesús, pues en casa ni árbol habíamos puesto, mucho menos planeada la cena, cual fué la sorpresa al llegar a casa ese 24 de diciembre encuentro el pino de navidad en su màximo explendor; el nacimiento de pié, y el espìritu navideño de vuelta en mi hogar.
Todo esto gracias a la increíble labor de mi hermano, que nos puso la muestra, aunque usted no lo crea, de que la navidad tiene un significado real, siendo por si sola un motivo para sacar todo eso que nos tenía cabizbajos.
Es cierto, después de una situación dura, por simple prudencia no se puede festejar, el ánimo esta abatido, la esperanza como tal esta deshecha.
Mas la actitud de mi hermano nos empujó, especialmente a mi mamá, a lograr levantar la cara, sin olvidar, pero con la fé inquebrantable.
Llegar a una casa sin todo lo que incluye la navidad es por si solo un triste escenario. Percibir que el verdadero sentido de esta fecha es recordar y celebrar el momento mas importante en la historia de la humanidad, la cual provoca siempre sacar lo mejor de cada uno, mas la uniòn familiar, y en cierto lugar simplemente la dejan pasar.
En memoria de los 3 años de alguien que nos ve en un mejor lugar.
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