Los resultados, publicados en la revista Psychological Science, muestran que quienes tenían gran cantidad de azúcar en sangre estaban más predispuestos a esperar, mientras que quienes tenían la glucosa baja por la bebida dietética querían recibir su recompensa económica de manera inmediata, aunque eso implicase percibir menos dinero. "Cuando tenemos energía disponible, en forma de glucosa, nuestras decisiones están más orientadas hacia el futuro", concluyen los investigadores, que aseguran que "el futuro es más abstracto que el presente y requiere más esfuerzo cognitivo por parte de nuestro cerebro".
Tener poca "energía" (poca glucosa) en sangre, por el contrario, nos hace concentrarnos en el presente. Según matiza Wang, la falta de azúcar alerta al cuerpo sobre una "inminente crisis calórica" y nos vuelve más impulsivos a la hora de tomar decisiones.
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